El Pacto que Cercenará la Memoria

24232860_773758002809908_13401544812437015_n
Bogotá, enero 14 de 2018

A espaldas de la opinión pública y de manera subrepticia, muchas cosas suceden al interior de las Fuerzas Militares y de Policía, por cuenta de los acuerdos de paz de La Habana.

Desaparecer las cicatrices de la guerra de la memoria histórica, parece ser la nueva política que el gobierno y el comando de las Fuerzas Armadas están adelantando para que no queden huellas del terrorismo que los mutiló y discapacitó físicamente.

Todos aquellos militares y policías que, en el ejercicio de la defensa de la Nación, enfrentaron a los terroristas -con tristes e irreparables consecuencias- están siendo impedidos para ascender y retirados so pretexto de incapacidad física, después de haber sido capacitados en diferentes universidades y haber desempeñado labores de alto reconocimiento.

No es digno ni honesto que las cicatrices de las masacres en el cuerpo de estos hombres, sean invisibilizadas, luego de unos oscuros pactos entre el gobierno y los terroristas.

Miembros del Ejército y la Policía, con alguna discapacidad física provocada por la guerra, con excelente desempeño en las labores para las que fueron capacitados, son retirados de la institución al cumplir 18 años de servicio.

Erradicar de la historia de Colombia al terrorismo y eliminar los símbolos y la representación del horror y la tiranía de Farc y Eln, es ahora la nueva doctrina en las Fuerzas Armadas, bajo la directriz del gobierno de Juan Manuel Santos.

Una versión aún más aberrante señala que, no solamente los retiran, sino que la nueva política dará paso a la incorporación de miembros de Farc y Eln – a través de becas del ICETEX- en las filas de la Policía Nacional, institución que pretenden separar del Ministerio de Defensa Nacional para adscribirla al Ministerio del Interior.

¿Hasta dónde va a llegar el plan maquiavélico para poner a Colombia bajo el absoluto dominio del comunismo criminal?