Resumen:
Este documento de investigación examina el impacto del gasto en la burocracia diplomática en Colombia durante los dos primeros años del gobierno de Gustavo Petro, analizando las decisiones de expansión de embajadas y consulados, así como su relación con el aumento del gasto público. La investigación se enfoca en la destinación de recursos por parte del gobierno para nombrar cargos diplomáticos provisionales en distintas misiones y alejarse de las promesas de respeto a la carrera diplomática. Los datos presentados por el Ministerio de Relaciones Exteriores revelan que los gastos superan los 240 mil millones de pesos, un incremento que ha suscitado críticas por el presunto clientelismo político y la carga fiscal que recae sobre los ciudadanos colombianos. A través de un análisis crítico, se cuestiona la eficiencia y necesidad de esta ampliación diplomática en un país con múltiples necesidades sociales y económicas.
Palabras clave:
- Burocracia diplomática
- Gasto público
- Carrera diplomática
- Embajadas
- Consulados
Introducción
El manejo de la diplomacia ha sido un tema recurrente en el debate político colombiano, especialmente en lo que concierne al gasto público en embajadas y consulados. Durante la campaña presidencial, Gustavo Petro prometió fortalecer la carrera diplomática. Sin embargo, en el transcurso de sus dos primeros años de gobierno, estas promesas han sido objeto de críticas debido al elevado gasto en la burocracia diplomática. Este documento busca analizar el aumento del gasto diplomático en Colombia y su impacto en la gestión pública, así como las implicaciones económicas y políticas de las decisiones adoptadas por el actual gobierno.
Desarrollo
De acuerdo con la investigación, se revela que el gobierno de Gustavo Petro ha incrementado significativamente el gasto en la burocracia diplomática, con una cifra que supera los 240 mil millones de pesos. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, Colombia cuenta actualmente con 63 embajadas y 7 misiones permanentes ante organismos internacionales, lo que representa un costo de más de 111 mil millones de pesos. A esto se suman 111 consulados cuyo funcionamiento genera un gasto adicional de 72 mil millones de pesos. Además, en lo concerniente a la carrera diplomática se ha evidenciado que los funcionarios que cumplen hoy sus misiones diplomáticas son nombrados en provisionales, es decir, no se está respetando la carrera diplomática
La apertura de nuevas embajadas y consulados, incluyendo oficinas consulares en Venezuela, ha sido objeto de controversia debido al contexto político que vive ese país bajo el régimen de Nicolás Maduro, situación que se le critica constantemente al gobierno de Petro por su acolitar y apoyar el reciente robo a las elecciones presidenciales en Venezuela y la persecución de la oposición.
Por otro lado, una de las críticas más fuertes radica en la reubicación de aliados políticos del gobierno de Petro en estos puestos diplomáticos, lo cual ha generado denuncias de clientelismo y uso indebido de los recursos públicos. El caso del exembajador Armando Benedetti en Venezuela, quien posteriormente fue nombrado embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Italia y de Roy Barreras quien es el actual Embajador de Colombia en Londres, son ejemplos que ha sido utilizado por la oposición para cuestionar la transparencia en los nombramientos diplomáticos. Benedetti quien fue clave en el financiamiento para la campaña presidencial de Petro, ha sido señalado por tener gastos excesivos como Embajador ante la FAO, los cuales ascienden a más de 1.200 millones de pesos a junio de 2024.
El gobierno de Petro ha defendido la ampliación de la red diplomática como una necesidad para fortalecer las relaciones internacionales del país, especialmente en momentos de tensión geopolítica en la región. No obstante, las críticas se centran en el aumento del gasto burocrático en un país que enfrenta graves problemas de recaudo, falta de inversión extranjera, desempleo, pobreza y falta de acceso a servicios básicos.
Corolario lo anterior, se ha anunciado y proyectado por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores el gasto para la creación de 21 nuevos consulados y 10 embajadas adicionales, lo que incrementará el costo total de la burocracia diplomática a 240 mil millones de pesos. Este aumento en el gasto, de contera debe considerarse teniendo en cuenta la coyuntura económica actual como innecesario, además en un contexto donde el gobierno nacional constantemente refiere problemas por la falta de recaudo tributario que -entre otras razones- reduce los ingresos en el erario, debería priorizarse la reducción de la burocracia estatal antes de considerar nuevas reformas tributarias que afecten a los ciudadanos.
Conclusión:
El gasto en la burocracia diplomática durante el gobierno de Gustavo Petro plantea serios interrogantes sobre la sostenibilidad fiscal y la coherencia con las necesidades sociales y económicas del país. Aunque la ampliación de las relaciones internacionales es un objetivo legítimo, el costo elevado y el presunto clientelismo vinculado a los nombramientos diplomáticos sugieren una falta de priorización en la correcta gestión de los recursos públicos. En un país con profundos desafíos en materia de pobreza, infraestructura, violencia y necesidades básicas insatisfechas, el debate sobre la eficiencia de la diplomacia burocrática adquiere una relevancia crucial. Si bien el gobierno justifica estos gastos como una inversión en la política exterior, es fundamental que exista una mayor transparencia y una evaluación rigurosa sobre la efectividad de estas acciones.