El pasado 7 de junio, un día después de que se realizara la segunda vuelta electoral en el Perú, la candidata Keiko Fujimori convocó a una rueda de prensa en la que mostró claras evidencias de que se había perpetrado un fraude sistemático en los comicios.
Entre otros indicios, mostró un video en el que un dirigente del partido comunista Perú Libre –perteneciente al Foro de Sao Paulo– instruía a los militantes de su tolda a adjudicarse todos los votos de las mesas, en donde no hubiesen testigos del partido de Fujimori, Fuerza Popular.
A medida que fue avanzando el conteo, la estrategia fraudulenta de Perú Libre se fue evidenciando, puesto que en los centros electorales ubicados en zonas rurales, donde no había miembros de Fuerza Popular, aparecieron actas que otorgaban alrededor del 100% de los votos a Castillo, lo cual es estadísticamente imposible.
Adicionalmente, Perú Libre impugnó –deliberadamente y de mala fe– centenares de actas que daban el triunfo a Keiko, para que no fuesen incorporadas al conteo, y de esta forma tergiversar las cifras totales, con el fin de convencer a la opinión pública de que Castillo estaba ganando la contienda.
Luego comenzó la segunda etapa del fraude –actualmente en pleno desarrollo– la cual consiste en presionar a las instituciones y a la propia Keiko Fujimori, a aceptar el triunfo de Castillo, antes de que se revisen las actas que contienen irregularidades. Esta etapa tiene tres aspectos:
Primero, declaraciones públicas de todos los miembros del Foro de Sao Paulo felicitando a Castillo por su “triunfo”, entre ellos, Alberto Fernández, Daniel Ortega, Luis Arce, Lula da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, y la propia página electrónica del Foro de Sao Paulo. También participan algunos medios de comunicación internacionales, controlados por la izquierda.
Segundo, presiones a las instituciones peruanas para que declaren oficialmente la victoria de Pedro Castillo. Esto incluye la absurda decisión de un fiscal para ordenar el encarcelamiento de Keiko Fujimori, cuyo objetivo evidente es hacer que ella desista de los reclamos de fraude.
Y tercero, infundir terror en los peruanos, amenazándolos con desatar la violencia si no se acepta pronto el triunfo de Castillo. Esto incluye la sentencia de un juez en Huancavelica, que anula la inhabilitación del jefe de Perú Libre, Vladimir Cerrón. Es una forma de demostrar poder, para doblegar el espíritu de lucha de los peruanos.
Quiero denunciar formalmente que el Foro de Sao Paulo cuenta con un equipo itinerante, experto en cometer fraude, que viaja a nuestras naciones cada vez que hay una elección. Su función es detectar las debilidades del sistema electoral, para favorecer a sus candidatos mediante artimañas. Esto se ha evidenciado claramente en Bolivia, Nicaragua y Venezuela, y ahora pretenden salirse con la suya en el Perú.
Afortunamente, 23 expresidentes de Iberoamérica, pertenecientes al grupo IDEA, han dado luces sobre lo que las instituciones peruanas deben hacer: no dejarse presionar por el Foro de Sao Paulo y no declarar un ganador hasta tanto no se revisen todas las irregularidades denunciadas.