Sobre las 10 de la mañana del martes 21 de mayo, comenzaron a llegar las personas al cabildo abierto convocado por el presidente Gustavo Petro en el emblemático Paseo Bolívar en pleno centro de Barranquilla. En ese lugar, los asistentes vivieron una verdadera resistencia física, pues hubo un inclemente sol y la temperatura era sofocante.
Después de casi diez horas de espera, esta zona de la capital del Atlántico se volvió tensionante: muchos comenzaron a descompensarse por las altas temperaturas y el presidente Petro no aparecía. Lo clamaban a gritos, pero los presentadores del evento, en por lo menos cinco o seis oportunidades, dijeron que llegaba en diez minutos, pero a este nada que se le veía el rostro.