El escándalo divulgado en medios, relacionado con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, prende las alarmas frente a un hecho que demuestra que la corrupción es una de las peores enfermedades que invaden las administraciones de los Estados. Una situación de esta magnitud pone en entredicho el nombre de un gobierno que ha procurado darle transparencia a la contratación pública.
Lo que está pasando y que produce cada día una noticia peor que la anterior, por el escrutinio de los medios de comunicación y de las entidades de control, debe llevar al gobierno del presidente Iván Duque, a explicar en detalle el proceso contractual e identificar qué funcionarios estuvieron involucrados y retirarlos de inmediato de sus cargos, bajo el principio de “verdad sabida y buena fe guardada”.
De esa manera evitamos que escándalos de esta clase afecten la imagen de su administración y la de nuestro partido Centro Democrático que ha luchado y denunciado la corrupción, un cáncer que al año le cuesta al país cerca de 50 billones de pesos, pero aún más, que afecta uno de los pilares fundamentales de nuestra doctrina que es la cohesión social.
Por lo anterior, exigimos la máxima diligencia por parte de los entes de control para conocer la verdad de estos hechos. La confianza de la ciudadanía merece ser restaurada llevando a buen término la investigación y judicialización de los responsables.
Frente a la corrupción no hay que dar tregua.