Colegio alias ‘Gentil Duarte’ un monumento al crimen y el adoctrinamiento marxista de las Farc

Resumen:

Con esta investigación se examina la construcción y cuestionamos la inauguración del Internado Agropecuario y Ambiental «Comandante Gentil Duarte» en la vereda El Triunfo de San Vicente del Caguán, Caquetá. La apertura del internado, marcada por la controversia debido a la entonación de himnos tanto de Colombia como de la guerrilla narcoterrorista de las Farc y la instalación de una estatua del exlíder criminal, ha generado un intenso debate sobre la legitimidad y las implicaciones de este evento. Se analizan las respuestas de las autoridades locales y regionales, incluyendo la Secretaría de Educación de Caquetá, y se discuten las preocupaciones sobre la financiación y la denominación de la institución educativa.

Palabras clave:

  • Internado Agropecuario y Ambiental
  • Comandante Gentil Duarte
  • San Vicente del Caguán
  • Caquetá
  • Educación rural
  • Farc

Desarrollo de la Investigación:

El 16 de marzo de 2024, se inauguró el Internado Agropecuario y Ambiental «Comandante Gentil Duarte» en la vereda El Triunfo de San Vicente del Caguán, en el departamento de Caquetá. El evento de apertura incluyó la entonación de los himnos de Colombia y del grupo armado, y la instalación de una estatua del exlíder criminal abatido, conocido como «Gentil Duarte». Esta inauguración ha generado una considerable controversia y debate a nivel regional y nacional.

La inauguración fue rechazada por el gobernador del departamento de Caquetá, Luis Francisco Ruiz, quien expresó su desaprobación ante el homenaje implícito al exlíder criminal. Esta postura refleja la preocupación sobre el simbolismo y la legitimidad de una institución educativa que rinde homenaje a una figura asociada con actividades delictivas.

La Secretaría de Educación del departamento de Caquetá, representada por Jackeline Órtiz Cabrera, anunció una visita al internado para verificar el cumplimiento de los estándares de infraestructura y garantizar la calidad y equidad en la educación proporcionada a los niños, niñas y jóvenes de la región. Según Órtiz Cabrera, «Vamos a verificar para garantizar la educación a nuestros niños, niñas y jóvenes con educación de calidad y equidad». Este compromiso subraya la intención de las autoridades educativas de asegurar que la institución cumpla con los requisitos necesarios para operar de manera legítima y efectiva.

Las autoridades locales han argumentado que la construcción del internado fue un esfuerzo comunitario y que no tenían conocimiento previo de las fuentes de financiación ni del nombre que se le daría a la institución. Este argumento plantea preguntas sobre la transparencia y el control en el desarrollo de proyectos comunitarios, especialmente cuando estos proyectos tienen implicaciones significativas para la percepción pública y la cohesión social en regiones afectadas por la violencia y el conflicto armado.

La presencia de una estatua de un exlíder criminal en una institución educativa pública es un tema altamente polémico, ya que puede ser interpretado como una glorificación de figuras asociadas con el crimen y la violencia, lo que podría tener un impacto negativo en la percepción y los valores de la comunidad estudiantil. Además, la entonación de himnos del grupo armado durante la inauguración podría ser vista como un acto de legitimación y aceptación de dichos grupos, lo que es preocupante en un contexto de construcción de paz y reconciliación.

Conclusión:

La inauguración del Internado Agropecuario y Ambiental «Comandante Gentil Duarte» en San Vicente del Caguán pone de relieve varias cuestiones críticas sobre la legitimidad, la transparencia y las implicaciones simbólicas de la educación en áreas afectadas por el conflicto armado. La respuesta de las autoridades locales y regionales, incluida la Secretaría de Educación de Caquetá, demuestra un esfuerzo por asegurar la calidad y la equidad en la educación, a pesar de las controversias asociadas con el nombre y el simbolismo del internado. Es esencial que se lleve a cabo una evaluación rigurosa y transparente de la institución para garantizar que cumpla con los estándares educativos y que no perpetúe la glorificación de figuras criminales. Este caso subraya la importancia de una supervisión efectiva y de la participación comunitaria informada en la construcción y operación de instituciones educativas en Colombia.