Bogotá, 30 de julio de 2017.
Y MADURO, TAMBIÉN CAERÁ.
El oscurantismo tropical, se vive hoy en Venezuela. Los últimos resquicios de democracia serían eliminados de su presente y futuro, después de haberla saqueado y envilecido durante dos décadas.
Y lo intentan con tanto cinismo, que aún llaman «proceso democrático» a la estocada final con que la pretenden sepultar.
La extrema gravedad de su situación, llevó a los venezolanos a las calles a entregar su vida, lo único que aún les queda de la «revolución del siglo XXI», cuyo significado fué destrucción moral, ética, ecónómica, social y política.
Como síntoma de la peor enfermedad de cualquier sociedad, la izquierda se disfrazó de democracia y poco a poco fué carcomiendo sus instituciones y acaparando todos los poderes para ostentar el totalitarismo con que, a pesar de la voluntad de un pueblo entero y después de más de un centenar de vidas aniquiladas de frente al mundo, quieren concretar la más cruel e inhumana dictadura.
El éxodo de venezolanos, en condiciones absolutas de pobreza e indefensión, es el triste resultado de la continua complicidad de la inoperante e ineficaz «comunidad internacional» que apoyó y cohonestó todas las aberraciones del régimen.
Pocas voces tan claras, coherentes y valientes como la de Maria Corina Machado, que en este punto de inflexión, se dirigió hoy a su pueblo, alentándolo a continuar la lucha, a no abandonar la firmeza en que fundan su última esperanza.
Con constituyente o sin ella, Maduro debe caer. Y en el mejor de los casos, la reconstrucción de Venezuela será un proceso largo y doloroso.
Dios los acompañe… ¡Son unos valientes!
María Fernanda Cabal.